losmacguffin
INQUISICIONES, DISQUISICIONES Y OTRAS INDECISIONES
El futuro perfecto de madrugar es seguir durmiendo y así conjugan los MacGuffin su amor:
- Buenos días mi cielo, ¿cómo has amanecido?
- Pues algo nublada, parcialmente cabreada y con altas probabilidades de mandarte a la mierda, cariñet...
Han de saber dos cosas: que la esperanza no es lo último que se pierde sino la grasa localizada y que la meritocracia son los padres... Pero de los 4 kilos que tenía previsto perder el señor MacGuffin ya solo le faltan 12 y ambos son huérfanos de futuro, los ubérrimos hijos del despropósito.
No se sabe bien qué vio la señora MacGuffin en él pero desde que se ha graduado las gafas todo son reproches.
- Y eso, ¿gafas nuevas?
- No me lo puedo creer, te has fijado.
- Pues claro petarda, ¿y qué son, de vista cansada?
- Pues sí, no sabes lo cansada que me tienes la vista...
Sin embargo, el señor MacGuffin, también se siente engañado, él lo que realmente quería en esta vida, lo que más ansiaba, su verdadera ilusión era pegar un braguetazo.
- Amore, ser pobre por un tiempo está bien como experiencia, incluso se aprenden algunas cosas, pero de todo se cansa uno y esto ya parece una broma de mal gusto.
- ¿Has probado a ponerte a trabajar?
- ¿Trabajal?
Pozos sin fondo y círculos viciosos, en caída libre al vacío se hayan mas, cuando todo parece que no puede ir peor, el vecino pone en la radio reguetón a todo trapo.
Es lo que tiene vivir en un barrio humilde, un barrio que no se las da de nada y acepta su realidad, un barrio obrero a sol y sombra y carajillo, un barrio que ahoga sus penas en alcohol de buena mañana.
Entonces, fantasean con unas vacaciones imposibles o con mudarse lejos, muy lejos del mundanal ruido de la urbe.
- Cariño, ¿qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?
- Pues... la bibliografía completa de Paulo Coelho, la discografía entera de José Manuel Soto y a tu madre.
- Ay, ¡no sabía qué quisieras tanto a mi madre!
- Ah, ¿que yo también tengo que ir?
